jueves, agosto 09, 2007

LA EFE

En su “Tratado sobre los Autores”, Federico Fernández Ferrara comenta el fenómeno la influencia del fraseo al redactar.
Un escritor, nos dice Fernández Ferrara, se apega a su léxico único y a su manera particular de pronunciar o usar las palabras. Hay vocablos que para él simplemente son impronunciables y, por lo tanto, será muy difícil de que los escriba. A continuación cita el caso de uno cuyo problema era la palabra puta. Había otro que tenía mala dicción y su tormento era el no poder pronunciar bien las erres. Desde luego, ambos evitaban cruzarse en su camino, o en sus textos, con aquellas complicaciones.
Yo, que tengo la afición de desentrañar enredos, releí varias veces el mismo escrito cayendo en cuenta de un detalle: el texto era una confesión. Federico Fernández Ferrara había omitido deliberadamente el uso de palabras que incluyeran la letra efe. Su sonido, atribuí en mi pensamiento, le debe de resultar incómodo por cuanto su nombre y apellidos llevan esa dichosa grafía.
Me guardé esa inquietud por años hasta que tuve la oportunidad de entrevistarle.
Transcurrida media hora de charla, le deslice mi hallazgo cual ataque a quemarropa. Fernández Ferrara se rió en mi cara. Lo que resultó, me dijo, con ese ensayo, es que a mi teclado le faltaba la dichosa letra.

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