Cálmate. Ya todo ha pasado. Ya no quedan más gritos ni huellas. Ni siquiera los ecos de la destrucción. Ya las banderas flamean hinchándose de victoria y los herido son cifras que todos empiezan a olvidar. O borrar. Por favor no me mires así, yo sólo quiero hacer lo correcto; soy cristiano igual que tú. Cállate te lo pido. No sea que tu presencia nos delate y tenga que rematarte a culatazos.
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