domingo, junio 04, 2006

CYGNUS

Aunque envíes a la Soledad en tu reemplazo, sabes que no será lo mismo.

Un punto daba vueltas en solitario y la gente que pasaba por su lado le compadecía por no tener una cola a la cual perseguir. Porque esa tarea carecía de todo sentido.

El punto en realidad giraba con un semejante que le acompañaba en su vértigo con los mismos ademanes. Mas la gente no se percataba.

Yo, que también me atreví a caminar cerca a su círculo implacable, me detuve a contemplarlo. Y al adivinar el detalle que otros ignoraban mis piernas se han atrofiado por ser sólo dos. Por estar ahora inválidas y no poder sostener tu ausencia. Entonces he bajado la cara y dejado rodar los ojos por la calzada en tu búsqueda. Para que los mires y tus ojos giren sobre ellos hasta desaparecer.

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