miércoles, junio 20, 2007

EL CACHIVACHE

El cachivache pasaba sus días amontonado entre aquellos a quienes no consideraba sus semejantes, Se sentía superior porque había pasado allí más tiempo que el resto. Ustedes, les decía, no son mas que meras imitaciones; una ruma de trastos que se empolvan hacia el olvido. Todos ustedes son iguales. Nunca volverán a servir para algo.
Esta antigüedad le confería cierta autoridad. Los recién llegados le miraban con admiración. Cuánto polvo hay que acumular para ser considerados un verdadero cacharro, se preguntaban. Con el tiempo, envejeceré más aun y entonces me haré valioso, no útil pero sí valioso; se jactaba ante ellos.
Cierto día en que la familia preparaba una mudanza, empezaron por deshacerse de lo innecesario. El cachivache no lo podía creer. Cuantos nuevos vecinos que venían a importunarle. Ja! Novatos a mi, se dijo el cachivache. Pero la familia no parecía detenerse. Vio una cama a medio usar, un teléfono irreconocible, un televisor con la pantalla hecha añicos. Seguro que me llevan con ellos, las gentes son así de nostálgicas y no tiene sentido tener algo guardado tanto tiempo sólo para dejarlo allí tirado; pensó el cachivache. Además saben que con el tiempo mi valor amentará.
Pero la familia se marchó dejando al cachivache junto al resto de trastos.
Así pasó un tiempo y el cachivache aprendió a ser humilde como el resto de sus compañeros. No importa la antigüedad, decía entonces; todos los trastos estamos hermanados por el olvido.
Hasta que un día llego una nueva familia, trayendo consigo sus propios cacharros y, como no encontraron mejor lugar o porque les pareció natural, los depositaron junto a los que encontraron allí.
Entonces, al ver a estos nuevos inquilinos, al cachivache se le llenó la mente de recuerdos. Y empezó de nuevo su discurso: ustedes no son más que meras imitaciones…
El resto – antiguos compañeros suyos – le miraron extrañados, como si se encontraran de casualidad frente a un desterrado. Como quien tira algo que ya no les sirve.

miércoles, junio 13, 2007

bostezas

bostezas
el arena gana a tus manos desencantadas
estoico e impersonal
te ahogas
mientras más gritas

mientras disfrutas en ver (y no saber)
como se acumula la niebla