domingo, abril 30, 2006

EL CAMARÓN SONÁMBULO

La refracción en la prisa del salmón no le fastidiaba en lo absoluto. Alentaba sus tercas escalas y los despedía con unas piedras desgastadas para el viaje. La corriente era una tangente en su piel y la realidad sólo una excusa para sentir la vida en los horarios. Dentro de las raíces del pensamiento y desde donde las aves mueren, todo; o desde el simple saludo al salmón y a la tierra que bajaba a su lado, todo le parecía igual. Todo como una moda en las portadas del primitivo sentido de la vista.

La corriente no tendría dominio alguno sobre su aparente pasividad.

Hay quienes viven de los sueños y los hay también de quienes se dejan llevar. El camarón sonámbulo vive para cada uno de nuestros pequeños destellos en la intimidad. Para todos los que no creen en la mentira del olvido.

domingo, abril 23, 2006

PARAGÉNESIS

El hombre debió de haber sido concebido de alguna extraña mezcla de sentimientos; sustancias mutables combinadas en irracional proporción que algún tipo de secta divina fanática a la alquimia dejó caldeando hasta el olvido. Será acaso por ese motivo, por puro genetismo homúnculo que nos gusta jugar con esta clase de elementos, amasarlos y crear nuestras propias representaciones; y que luego, como los que ignoran la responsabilidad, los dejemos tirados de puro aburrimiento hasta que las lúdicas ganas de la omnipotencia no arrastren nuevamente.

martes, abril 18, 2006

EL ECO DE LA LLUVIA

Quieta eres.
Desde lejos tu superficie reta mis manos
para agitar mi conciencia.
(Posando la mirada te menciono)
Lluevo como una danza,
y cada pedazo mío atraviesa horizontes.
Navega reflejos ahogando murmullos,
diminutos ecos
de tu Nombre.

viernes, abril 07, 2006

MONÓLOGO PARA UN CRUCIFICADO

Ahora entiendo la acrofobia del espantapájaros y aquella frase inútil de atarse de pies y de manos. Ahora que no puedo abrazarte o devolverte las lágrimas desde mis extremos sangrientos. Mi cuerpo es tan pesado como los días o como las culpas. Mi cuerpo, que sólo es un pendón en esta lanza cruzada. No me duelo sólo de mí. Junto a mis carnes han hecho sangrar también un madero, mi hermano. ¿De qué se le acusa? Acaso de no retoñar a tiempo o de no avivar las fogatas en un hogar. Heme aquí dando espectáculo suspendido en rictus de ave herida. Aprieto los dientes por no apretar las costillas. En este mi pecho donde mujeres durmieron y la libertad se henchía. Madres dejadas en el lecho, hijos a los que nadie bendice. El aire atragantado tiene un sabor a muerte vacía y a asfixiante sinrazón. Cómo, clamo desde el mástil donde diviso mi tierra, cómo es que me han puesto aquí de vigía en donde ya no distingo sino sombras. Sólo veo muecas debajo de mi puesto. Difícil saber si insultan o suplican. Al igual que yo tiemblan de frío o abandono. O de culpa. Las consecuencias nunca me preocuparon. Algunos tiemblan por el miedo. Mi único temor es ya no ver nada. Ignorantes, voltean a mirarme de nuevo esperando a que mi grito final anuncie un destino…

domingo, abril 02, 2006

HAZAÑA

Y la carne se hizo verbo y se volvió un útero y en vocablo parir. Encogió los hombros y la fragilidad le fue venciendo hasta la acción de preñar. Y quedó suspendido. Libre de tener que vivir y libre también de la muerte. La divinidad quiso reprocharle su acción y no pudo. La divinidad también una vez se hizo carne y tembló con la idea de morir. El pensamiento y la memoria se hicieron uno en él. Desechó la tentación de nombrar objetos y el universo fue desapareciendo a su alrededor. Fue entonces que la divinidad y él fueron uno solo y que la omnisciencia se hizo compartida: todo, absolutamente todo tendería al caos. Éste hallazgo le causó tanto terror que decidió callar para siempre…