miércoles, febrero 23, 2011

PROCRASTINADOR

Que cada persona se diga sus (propias) verdades por escrito. Que llene torres tratando de ocultar sus miserias tras el puñado de buenas acciones. No se aceptan plagios. Si hay cárcel por evadir los impuestos es lógico que la haya también por evadir la vida. No se trata de reducirse a una simple cantidad, la tarea es más ambiciosa todavía: se debe encontrar nuestra cantidad. Tampoco se trata de hablar de nosotros sino de encontrar nuestra voz.  Todo esto es necesario. De momento yo, que soy quien dicta las reglas, no pondré el ejemplo. Prefiero dejarlo todo a última hora cuando merezca más la muerte que estar aquí expiando todas estas cuentas acumuladas y todos estos cuadernos por actualizar.

Escena de la película Metrópolis

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