sábado, julio 29, 2006

EL NOMBRE

Entre el fragor de la batalla, la polvareda tras los caballos y los gritos de los heridos era poco lo que se distinguía. Se hería a diestra y siniestra sin atinar o sin saber si a quien se tenía al frente era un compatriota o el enemigo.
Andrés pregunto por segunda vez el nombre del soldado de las tropas realistas que tenia a su merced. El rostro del indio se endureció. Andrés se sorprendió al verlo: era casi un niño. Avergonzado y furioso se le acercó. Los españoles tomaban indios para luchar en contra del ejército libertador. Para combatir a quienes venían a abolirlos de la tiranía. Volvió a preguntarle por su nombre. De los labios temblorosos del mozo sólo salía un susurro. Andrés se arrodilló a su lado y con su mano en la nuca del herido intentó escucharle.
Lo último que sintió fue la puñalada abriéndole el vientre y la palabra libertad… mi nombre es Libertad. Las únicas que el joven esclavo había aprendido.

jueves, julio 20, 2006

LÁGRIMA ROTA

Lágrima rota
Como los trozos incoherentes
En la escama de la nostalgia
O como la pirotecnia que se desgarra
Sin brillo.

Añicos en los bolsillos de la memoria.
Añicos opacos que no me responden
Ni voltean sobre sus hombros.
Perfil quebrado en su sustento
Me estrangula desde la reiteración.

Nausea:
Desde esta lágrima abierta…
Me desbordo…..

miércoles, julio 12, 2006

2

Hay demonios que se toman la molestia de venir desde muy lejos y posarse a la cabecera de mis dudas esperando la ocasión perfecta para hacerse de un retazo en mi memoria. No les interesa lo árido del terreno pues ellos saben muy bien ser feraces en mi inconstancia. Algunos de ellos sólo son pasajeros huéspedes reclamando un asilo mientras encuentran una mejor presa o alguien más dispuesto para sus tropelías y antojos. Los hay de una antigüedad que no conozco, como el amor. Ellos me hablan de las eras en sus inicios y es por eso que les tolero en la biblioteca desordenada de mis recuerdos y cavilaciones. Los hay viciosos como yo mismo o como nuestros besos interminables; y los hay de frente arrugada como las tribulaciones. De mala manera conviven entre ellos. Los he visto en disputa por mis sentimientos. Hay que ver entonces cómo entrelazan sus mañas mientras yo me acerco a hurtadillas para hacerme del momento y llevarlo a mi tesoro a donde nunca llegarán. Iracundos y sabiéndose burlados, acometen en jauría contra tu recuerdo. He aprendido de ellos la paciencia y la astucia. Los imagino un día llegando a un acuerdo común. Planeando alguna vez hacer sitio a las puertas de tu nombre y vencer...

(de: "el baúl de a. l. terego" )

domingo, julio 02, 2006

20

Me guardo una ansiedad en las monedas para ver si aun puedo recordar cierta propiedad que tiene la tristeza. Las excusas que se conservan o recrean cuando en medio de la indiferencia amontonamos causas en la mesa sin dejar espacio siquiera para los papeles pequeños. Origami entre mi pensamiento, me doblo e invento nuevas dudas, nuevas manías. Tratando de alcanzarme me recorto, me estrangulo de cabeza o me recuerdo sin hallar mi antigua pena a donde se fueron todas mis esperas y mis vicios primeros. Recuento lo gastado en amarillo sin encontrar viejas novedades, me vuelvo a doblar en la mesa, en los papeles y vuelvo a gastarme más de lo debido esperanzado en la desesperación que nos traen las deudas. Pero todo es en vano: alguien más ha pagado mis cuentas y se lleva mi tristeza como un trofeo adquirido en subasta.