sábado, mayo 21, 2011

LA LÁMPARA

Encendió la lámpara. La apagó. La volvió a encender. Parecía que ese juego le divertía. Recordó su niñez, las luces de navidad; a Aladino. Y frotó el interruptor una vez más, completamente ajeno a los gritos. Volvió a apagar la lámpara. Se acercó al interrogado y al no obtener respuesta, dejó que la lámpara, conectada al cuerpo de aquél hombre, parpadeara hasta electrocutarlo.

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