sábado, julio 29, 2006

EL NOMBRE

Entre el fragor de la batalla, la polvareda tras los caballos y los gritos de los heridos era poco lo que se distinguía. Se hería a diestra y siniestra sin atinar o sin saber si a quien se tenía al frente era un compatriota o el enemigo.
Andrés pregunto por segunda vez el nombre del soldado de las tropas realistas que tenia a su merced. El rostro del indio se endureció. Andrés se sorprendió al verlo: era casi un niño. Avergonzado y furioso se le acercó. Los españoles tomaban indios para luchar en contra del ejército libertador. Para combatir a quienes venían a abolirlos de la tiranía. Volvió a preguntarle por su nombre. De los labios temblorosos del mozo sólo salía un susurro. Andrés se arrodilló a su lado y con su mano en la nuca del herido intentó escucharle.
Lo último que sintió fue la puñalada abriéndole el vientre y la palabra libertad… mi nombre es Libertad. Las únicas que el joven esclavo había aprendido.

1 comentario:

Irredento Urbanita dijo...

Me encantó el poema, hay gente ke lee la frase "lágrima rota " y cambia de página. Creo ke padecemos la misma enfermedad, somos hipocondríacos oníricos.

Saludos