jueves, noviembre 16, 2006

EL ROTULADOR

Juan José colgó su letrero de “SE ALQUILA PARAÍSO EN RUINAS” y cerró la gran reja de hierro oxidado. Antes de que se marchara, le demandé me contara acerca de su armisticio.
Entonces empezó a relatar los detalles sobre su capitulación. De que ahora empezaba un periodo de transición muy duro y que se iría a un desierto personal. Su partida no había sido ni fortuita ni planeada. El hecho era que él, demasiado débil para rendirse totalmente, cometió un error a propósito para capitular so pretexto de haber sido vencido impunemente por aquella mujer. Todo era una mentira, me dijo. Ella también estaba de acuerdo en vencerme.
Los curiosos empezaron a llegar semanas después. Miraban con entusiasmo y hacían planes de remodelación. Mas, cuando preguntaban por las condiciones, se marchaban descontentos. A veces venían hacia mí para conocer algún detalle. Yo accedía siempre por una pequeña propina. En otras ocasiones sólo alquilaban mis servicios y se iban.
Todo esto sucedió por aquellos tiempos en que yo me ganaba la vida haciendo carteles por la módica suma de una historia.

El hombre me miró asombrado.
- Disculpe señor que le haya hecho tantas preguntas acerca de su ocupación. Es difícil encontrar a gente decente en estos días.
Entonces, satisfecho, me entregó las llaves de mi nuevo hogar.

1 comentario:

Pável Jáuregui dijo...

Estoy, siguiendo con interés tu trabajo... y es innegable tu progreso. Tu técnica en los relatos cortos, me parece genial. Felicitaciones