martes, septiembre 25, 2012

REFLEXIONES DE UN CLAVO

A solas, en la habitación vacía, rebota sus pensamientos contra las paredes. Contra el piso y el techo, sin que nadie le responda. Sus dudas se disparan hacia las esquinas, dan media vuelta y apuntan nuevamente hacia él. Duro y terco, con esa rigidez de la pereza, ha visto pintarse la pared una y otra vez, compartiendo a veces su alegría y color. Indeciso, con esas ganas estancadas que tienen los resortes, hace planes imposibles que deja de lado por falta de tiempo para seguir planificando.

Si alguien quisiera, colgaría algo útil, piensa en su cabeza dura. Yo estoy destinado a una gran sala, a sostener una idea admirable, se dice. Y espera.

A veces, alguien le ubica, le toma por sorpresa y pone sobre sus hombros el peso de un reloj a pilas, echando por tierra sus pretensiones. El tiempo pasa y él lo soporta. En silencio estoico, sueña con lo que debería ser.

Recuerdo aquellos días en que todo era más fácil. Uno iba y venía por donde quisiera. Entraba y salía de las cosas sin interesarse en ellas. Pero uno nunca sale igual. En cada situación, en cada acción, uno se involucra, lo quiera o no. Ya no es el mismo. Ya no soy el mismo. Ahora, aquí, con la misma irreverencia de antes, que me visita por ratos, pretendo resolverlo todo en un golpe de suerte. El instante final siempre ha sido mi especialidad. Ya no recuerdo cuántas veces me metí en algo sin saber si saldría fácilmente de allí. Siempre he sido arriesgado. Mas ahora, con el pasar de los años, me he vuelto más prudente. Y sé que esa prudencia se basa en mi necesidad de trascender. Trascender más allá de este cuarto, de este papel al que me he visto sometido. Presentarme al mundo con algo que les cambie la vida para siempre…

En la habitación ociosa, ha decidido muchas veces algún cambio, antes de que alguien venga y le ponga un color o le obligue a cargar una imagen sin sentido. Ha reiniciado sus proyectos para luego quedar en silencio, rebotando mecánicamente sus ganas inertes ante la sorpresa pálida de las paredes que también esperan.

.....................................................

No hay comentarios.: